La incontinencia urinaria (IU), según la International Continence Society (ICS), es cualquier pérdida involuntaria de orina a través de la uretra, demostrable objetivamente y que supone un problema social o higiénico.
Afecta a millones de personas en todo el mundo (más de 36 millones de personas en la Unión Europea.) y aumenta con la edad. Es más frecuente en mujeres, aunque tiende a igualarse en ambos sexos a partir de los 80 años; sin embargo, no debemos aceptar que sea una condición normal del envejecimiento. De hecho, también la presentan algunos niños y jóvenes. La incontinencia urinaria no es una enfermedad, simplemente es la consecuencia de otros factores que afectan al organismo.
Afecta a la dimensión física y psicológica y tiene repercusiones negativas sobre la calidad de vida de la persona, ya que afecta a su bienestar emocional y a sus relaciones sociales. Bien sea por vergüenza, o porque se cree que no tiene tratamiento, o por considerarlo algo “normal e inevitable” debido a la edad o, en el caso de las mujeres debido a los partos, no se suele consultar a los profesionales sanitarios. La mayoría de las veces los pacientes acuden al médico cuando los síntomas se vuelven más graves.
Tipos de incontinencia urinaria
Desde un punto de vista sintomático, la ICS propone la siguiente clasificación:
- La IU de esfuerzo (IUE) es la pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico, que provoca un aumento de la presión abdominal (toser, reír, estornudar, correr o andar).
- La IU de urgencia (IUU) es la pérdida involuntaria de orina acompañada o inmediatamente precedida de “urgencia”. Es decir, la persona percibe un deseo miccional súbito, claro e intenso, difícil de demorar y con miedo al escape. Dentro de esta, podemos diferenciar el síndrome de vejiga hiperactiva.
- IU mixta: se trata de un tipo de incontinencia que se asocia a urgencia miccional y también la incontinencia a los esfuerzos.
- IU neurógena: debida a una alteración del sistema nervioso, como un accidente cerebrovascular, una lesión en la médula espinal o un tumor.
- IU “continua”es la pérdida involuntaria y continua de orina que puede deberse a una fístula vesicovaginal, a una desembocadura ectópica de un uréter en la vulva o a una lesión grave del sistema esfinteriano (“deficiencia esfinteriana intrínseca”).
- Enuresis nocturna es cualquier pérdida involuntaria de orina durante el período de sueño.
- IU transitoria: debida a determinados medicamentos y/ bebidas.
- IU por rebosamiento suele ser debida a una obstrucción y dilatación vesical y origina un cuadro denominado “retención crónica de orina”.
- IU “funcional” se produce en pacientes cuyo aparato urinario no tiene alteración orgánica, pero que debido a trastornos físicos (movilidad reducida), cognitivos (demencia), arquitecturales (barreras arquitectónicas en pacientes con movilidad reducida) o al uso de determinados medicamentos no son capaces de llegar al baño.
- Otros tipos de IU son la climacturia (IU durante el orgasmo), la giggle incontinence (con la risa) o el goteo postmiccional.
Causas de la incontinencia urinaria
No existe una única causa de IU, pero hay determinados factores que pueden detonantes:
- El embarazo y el parto pueden alterar la funcionalidad del suelo pélvico y con ello producir pérdidas de orina.
- Las alteraciones hormonales propias de la menopausia también modifican los tejidos del suelo pélvico y podrían provocar disfunción de suelo pélvico y/o IU
- El estreñimiento y el hecho de tener que hacer fuerza constantemente en las defecaciones también debilita el suelo pélvico y puede provocar IU.
- La tos crónica, al someter el suelo pélvico a esfuerzos constantes, también es una de las causas de IU.
- Las cirugías pélvicas (urológicas, ginecológicas, coloproctológicas) pueden provocar daños en el sistema urinario y provocar IU.
- Determinados tratamientos farmacológicos y/o enfermedades pueden tener IU como efectos secundarios o síntomas derivados.
- Otros factores como son el sobrepeso, malos hábitos posturales, actividades deportivas sin la progresión y técnica correcta, etc.
Tratamiento de la incontinencia urinaria
El tratamiento de la IU debe plantearse de una forma integral e individualizada, combinando diversas opciones terapéuticas. La IU está muy relacionada con la salud del suelo pélvico, por lo tanto, la fisioterapia especializada es la primera línea de tratamiento aconsejada.
El primer objetivo a conseguir es mejorar la calidad de vida de quienes padecen incontinencia, reducir su severidad o el número de escapes y recuperar la continencia (en los casos que sea posible).
Existen medidas conservadoras como serían reeducar los hábitos urinarios (reentrenamiento vesical) por ejemplo, con un diario miccional, pautas comportamentales, modificaciones higiénico-dietéticas y ejercicios de fortalecimientos del suelo pélvico (hipopresivos, kegel, biofeedback, EMS, etc). En casos graves, hay que optar por tratamiento farmacológico y/o técnicas quirúrgicas.
Del 20 al 26 de junio de 2022 se ha celebrado la semana mundial de la continencia dirigida por la Word Federation fot Incontinence and Pelvic Problems y respaldada por la International Continence Society y la Asociación para la Incontinencia ASIA para dar visibilidad y sobre todo para romper los tabúes que aún a día de hoy acompañan a este problema.
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