hidratación

Hidratación en el embarazo, el parto y la lactancia

Por Gemma Ruiz Crespo
20 de noviembre de 2024

¿Por qué es importante una buena hidratación?

Una hidratación adecuada es uno de los pilares de una buena salud. Debemos tener en cuenta que el 65% de la composición corporal de un adulto es agua, porcentaje que aumenta hasta el 85% en el recién nacido.

Una hidratación correcta y una composición del agua adecuada marcan el desarrollo, la evolución y la fisiología del ser humano.

Además de la cantidad de agua con la que nos hidratamos, es esencial su calidad y procedencia. En este sentido, una alta mineralización es clave. Las fuentes naturales de agua (mar, río y manantial) contienen todos los minerales necesarios para una buena hidratación.

¿Por qué es importante que el agua sea de alta mineralización?

Debemos entender que lo normal y saludable es la hidratación con aguas que nos aporten los minerales que necesita nuestro organismo. Para ello, debemos fijarnos en el residuo seco, un indicador de la cantidad de minerales de un agua. Se determina eliminando el líquido, calentando el agua a 180ºC para conseguir su evaporación.

A más residuo seco, mayor mineralización del agua. Debemos buscar un residuo seco por encima de 200/250. Similar a las aguas de origen natural.

Si somos un 65% agua, es importante remarcar que esa agua no es de mineralización débil precisamente, sino fuertemente salina. 

Son saladas nuestras lágrimas, el sudor, el agua que la filtran nuestros riñones, la que expelen nuestras glándulas, la que circula por nuestras venas o la que forma nuestros depósitos linfáticos.

Remarquemos en este contexto la composición de alta mineralización del líquido amniótico.

Beneficios del agua altamente mineralizada en el embarazo

El agua de fuentes naturales, gracias a su aporte de minerales orgánicos y biodisponibles, asegura que tanto la madre como el bebé dispongan de las cantidades de minerales que necesitan. Esto favorece la homeostasis, el equilibrio natural del organismo, y se evitan posibles dolencias o molestias tradicionalmente asociadas al embarazo.

Unos hábitos de vida saludables y un cuidado global y personalizado son importantísimos para gozar de una buena salud.

La historia personal de la madre y sus hábitos de vida hasta llegar a este embarazo son obviamente condicionantes. Y dentro de ellos se engloba la hidratación adecuada con agua de mineralización furete  a diario y durante la actividad física.

Hidratación en el embarazo

Ante un proceso de deshidratación, la fisiología y regeneración celular se ven afectadas. El agua se encuentra en todos los tejidos y compartimentos corporales y da calidad a cada uno de estos espacios y sistemas.

Las membranas celulares y epitelios corporales del cuerpo tienen la calidad de ser semipermeables. Es decir, en función de la presión osmótica (presión entre disolvente/soluto) los líquidos y minerales irán de un espacio a otro. De donde hay mayor presión a donde hay menos presión.

Por lo que una hidratación fisiológica correcta, con todos los minerales que se necesitan y acorde a lo que el ser humano es desde sus orígenes, hará que el funcionamiento y regeneración de todas las estructuras corporales sean más saludables.

Dentro de la madre se está gestando una vida, y la calidad de sus tejidos, metabolismo y fisiología dependerá en gran parte de la calidad de los alimentos y líquidos que ingiera.

Beneficios del agua de alta mineralización en el embarazo

Consumir agua altamente mineralizada en el embarazo marcará la calidad de los tejidos del feto y de la madre y, por tanto, aumentará su potencial de salud. Además de evitar cuadros de edema generalizados y calambres.

Otro de los beneficios de la hidratación con este tipo de agua es una mejor adaptación de la piel, ya que aporta mayor elasticidad, lo que evita las estrías.

Además, si tenemos en cuenta que somos un sistema de mucosas, la calidad de estas, si están bien hidratadas, marcará la variedad de la microbiota y, por tanto, la salud sistémica de la madre y el bebé. 

Con una buena hidratación se obtiene el aporte básico de elementos como el hierro, el calcio, el potasio o el magnesio, tan importantes durante el periodo de embarazo.

Hidratación en el parto

Una buena hidratación genera menos sensación emética, ya que su composición es bien tolerada por el tubo digestivo.

El consumo de agua de fuentes naturales (mar, ríos, manantiales) no supone ningún riesgo ante una emergencia obstétrica que requieriese anestesiar a la paciente.

Hidratación en la lactancia

La hidratación es el sustrato mineral de la composición de la leche materna.

El tejido mamario está formado entre otros tejidos por mucosas y microbiota. Ambos elementos y sus posibles alteraciones están relacionados con una adecuada hidratación con líquidos isotónicos y de mineralización adecuada.

Asimismo, consumir agua de mar ayuda a reactivar con más facilidad el sistema mamario y segregue leche materna de mejor calidad y en mayor cantidad.

Por si fuese poco, una hidratación de calidad es fundamental en la prevención y tratamiento de las mastitis.

Consumo de agua de mar en el embarazo

El consumo de agua de mar debe hacerse diluida al 30%. Esta agua, tiene un efecto isotónico sobre el organismo que la hace especialmente recomendable en el embarazo, el parto y el posparto.

Hace un año escribí un artículo para Artio, que puedes leer aquí

Aquí te dejo el directo que hice hace un año sobre este tema en Artio, en el que hablamos de las ventajas del consumo de agua de mar en el embarazo, parto y posparto.

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Sobre la autora

Matrona, osteópata y psiconeuroinmunóloga (PNI). Gemma Ruiz Crespo es matrona, osteópata especialista en PNI y fundadora de CoWoman, que cuenta con más de 25 años de experiencia en el cuidado de la mujer. Durante su amplia trayectoria profesional ha ayudado a nacer a más de 10.000 bebés.

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